“Escucho las historias con la cámara”: John O’Leary

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“Escucho las historias con la cámara”: John O’Leary

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“Escucho las historias con la cámara”: John O’Leary

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Aura, Cholula, Puebla (2024), y Autorretrato (2019).Foto cortesía John O’Leary

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▲ Imágenes de la serie La Pasión de Cristo, Puebla (1984).Foto cortesía John O’Leary

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La madrina (2025)Foto cortesía John O’Leary

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La última conquista, Cholula, Puebla (2014)Foto cortesía John O’Leary

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El indio, Córdoba, Veracruz (1980).Foto cortesía John O’Leary

Daniel López Aguilar

Periódico La JornadaViernes 22 de agosto de 2025, p. 2

John O’Leary ha hecho de la memoria visual de San Pedro Cholula, Puebla, su territorio.

Entre la pirámide que corona la ciudad y los callejones donde los mayordomos se preparan para las fiestas, sus fotografías atraviesan décadas: capturan la esencia de la vida cotidiana y revelan los ritmos de la tradición que persisten a pesar del tiempo.

Junto con Maritza López, hoy recibirá la Medalla al Mérito Fotográfico en el Museo Nacional de Antropología, un reconocimiento que el también antropólogo considera “un momento solemne” y “una forma de abrazar a la comunidad que me ha sostenido durante años”.

Nacido en Temple, Texas, en 1949, O’Leary se define como mexicano por elección. Llegó al país con la idea de cursar un año académico y nunca se marchó. “Me enamoré de la gente, del pueblo de Cholula, de este país. Pedí la naturalización y aquí estoy”, señaló en entrevista con La Jornada.

“Desde niño desarrollé un vínculo con la fotografía, que surgió como un acto de curiosidad y se consolidó con los años de observación profunda.

“Mi primera imagen intencional la hice a los siete años, cuando tomé prestada la cámara de mi mamá. Capturé la escuela, el instante y la presencia de mis compañeros. Desde entonces comprendí que cada registro es testimonio y memoria.”

Su formación en antropología le ayudó a comprender los ritos, los significados y la organización social. “Vivir como miembro de la comunidad me dio acceso a momentos que nadie más podía registrar. Gracias a esta mirada etnográfica pude capturar no sólo gestos, sino también la manera en que la historia sigue viva entre los habitantes.

“Cholula ha sido un asentamiento continuo desde hace más de 3 mil años. La historia late en cada calle, en cada rito, y la vida de sus habitantes refleja siglos de tradiciones que permanecen intactas. Eso me fascina.”

John O’Leary se acercó a la fotografía profesional mediante la práctica cotidiana con amigos y colegas, así como participando en sesiones de retrato social y observando el trabajo de otros artistas.

Su primer reconocimiento importante fue la aceptación de algunas de sus piezas en el primer Coloquio Latinoamericano de Fotografía, celebrado en el Museo de Arte Moderno en 1978.

Desde entonces, su mirada se consolidó como la memoria visual de San Pedro Cholula y sus alrededores, registro que combina el rigor documental con la sensibilidad artística. En Cholula lo llaman el “fotógrafo del pueblo”; algunos incluso lo reconocen como el cronista gráfico de la región, reflejo de la cercanía y el compromiso que ha cultivado con la comunidad a lo largo de décadas.

Entre sus series más destacadas se encuentra La Pasión de Cristo, en la que ha documentado por décadas la representación anual organizada por un vecino de la colonia Romero Vargas.

“Fui aproximadamente 20 veces a ver la obra. Observé cómo el papel de Cristo evolucionaba con el tiempo, cómo los actores envejecían y la comunidad seguía la tradición. Es fascinante ver el compromiso que algunas personas mantienen con una práctica durante 50 años”, recordó.

Otro capítulo relevante fue la lucha libre local, que permitió capturar la pasión de atletas amateurs dedicados a un arte popular. “Los boxeadores me invitaron a seguirlos durante años y algunas veces trabajaba en paralelo con otras series; es un testimonio de la vida cotidiana y del esfuerzo de quienes aman su práctica”.

Reconoció la tradición de quienes lo antecedieron: desde Humboldt y Bandelier hasta William Henry Jackson, así como los hermanos Kilburn; todos dejaron un registro de Cholula y sus alrededores. “Seguir ese hilo me da un sentido de continuidad. Hay espacio para más imágenes y más memoria. Estoy contribuyendo a la línea de quienes han documentado esta región”.

Su archivo incluye procesiones, ferias, fiestas patronales, mayordomías y una colección de postales antiguas que supera 4 mil piezas, provenientes de Cholula, Puebla, Atlixco, Tlaxcala y Veracruz.

“Quise abrir un espacio donde la memoria fotográfica no quede encerrada. La comunidad y los investigadores pueden acceder a las imágenes; eso es conservar la historia”, indicó.

“Recibir la Medalla al Mérito Fotográfico es un reconocimiento colectivo a vecinos, amigos y colegas de Cholula, así como a quienes contribuyen a preservar la memoria de la comunidad, ya que el premio es otorgado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia.”

A las nuevas generaciones de artistas les deja un consejo: “practiquen, observen y respeten a la comunidad. La fotografía es memoria, y ésta es nuestra responsabilidad”.

Para O’Leary, documentar es una forma de pertenencia, de “trabajo en equipo; llevo detrás de mí a la comunidad. Cada imagen es un acto colectivo, un compromiso con la historia y la cultura de nuestro pueblo.

“Es sumamente importante la observación constante y la paciencia en la fotografía documental. No se trata sólo de apuntar y disparar, sino de entender los tiempos, los gestos y la cadencia de la vida de las personas. Cada toma requiere respeto por lo que sucede frente a ti y por la historia que ese instante encarna.”

El fotógrafo también reflexionó sobre la continuidad cultural y la memoria. “Cuando documentas tradiciones, festividades o rituales, estás conectando generaciones. Cada mayordomo que cumple su manda, cada luchador que sube al cuadrilátero, cada niño que observa la pirámide: todos forman parte de un tejido histórico que merece ser preservado.

“Cholula es un organismo vivo. Cada calle, cada plaza, cada festín tiene una historia que contar. Mi trabajo consiste en escuchar esas historias con la cámara.”

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